Relato de un Sueño

2:20 pm Invierno, Buenos Aires, Argentina.

Día de clima cambiante y cielo nublado, mi vista se limita a los sucios vidrios del subte andante; a donde iba y que iba a realizar, causaba una incertidumbre cercana. Aquellos recuerdos de ésta persona a medida que me iba acercando hacia el final del recorrido, se veían nublosos y confiscados en la mente traviesa de un joven caballero. Es real, la luz de aquella luna no podía decir mentiras, aquellos ojos oscuros habían visto todo lo que era mí ser hasta ese entonces. Sólo me encontraba en movimiento, a pocos minutos de encontrarme con el destino dirigiéndome hacia la Avenida de Mayo, sitio de aquel encuentro.

Recibo una llamada de aquella persona por la cual estaba yendo hacia ese lugar, con su voz intrigante me dice:

- Hola, ya estoy aquí...

- En menos de 5 minutos estaré ahí. Respondo.

En toda mi vida se pueden contar con los dedos de la mano las veces que he llegado puntual a alguna cita. Por más que sea una persona que haya causado un gran impacto en tan poco tiempo, ese día no iba a ser la excepción. Llegué a la estación Lima mientras me encontraba escuchando "Warning Sign" de Coldplay... solo faltaba una parada para llegar, la manera como saludarla sin lugar a duda era el mayor cuestionamiento que rondaba en mi mente. En poco tiempo llegué, la seguridad es la variante de mayor peso y por lo tanto la más obtusa en un encuentro.

Sin embargo las dudas se desvanecieron, solo la vi... hermosa como solía decirle en conversaciones telefónicas; apago la música, cierro los ojos durante un segundo, y cuando los abro ella se convierte en la melodía. Las palabras de saludo fue lo menos importante, la mirada era lo principal y sabiendo que eso era lo que buscábamos, dejé que mi mirada se desviara a cualquier otro lugar; aún no era el encuentro, quiero ver tus ojos a la luz, pienso yo. He ahí, mientras salíamos y encontrábamos aquel sol caprichoso de Buenos Aires, en un día de invierno, solo nosotros dos... me detuve y solo vi, aquello que necesitaba sentir.

Sergio de Helena