Sobre la muerte

Creo haberte conocido al principio de mi vida, cuando nada preocupaba, cuando todo era fantasía, todo era simple: te ignoraba. No lo tomes a mal, sólo no te comprendía. Mientras comenzaba al viaje de la vida tu aguardabas ahí... constante, tan cercana y lejana a la vez, tan mía como del mundo, moviéndote por este a una velocidad que nos deja sin aliento.

Hendrick Hondius I, Allegory of Fame after Death
Te reconocí cuando pasaste a mi lado y tuviste en tus brazos aquella amiga jóven y alegre que se despedía con su guitarra y mil ilusiones... hiciste presencia, justo cuando la luz empezaba a extinguirse, cuando la última nota fue tocada y la última respiración fue robada.

Te volví a ver cuando le diste la mano a aquel amigo que decidió que tu compañía sería más amable, que las batallas que estaba soportando dentro de su ser... estuve a su lado cantándole canciones un par de días antes de que llegaras.

Es cierto, das miedo, pero más allá del miedo, es el vacío que nos dejas cuando decides el tiempo de los que nos rodean ha llegado a su fin. Ya no te puedo ignorar como lo hacía años atrás, trato de comprenderte y aunque el dolor de dejar de sentir a alguien es fiel premisa de la desesperanza que podemos tener hacia tí. Sólo pido que cuando llegues tus brazos acojan mis desdichas y las conviertan en fantasías; ven por mi cuando sea necesario, te estaré esperando.

Sergio de Helena

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